¿Porqué conocer y controlas los niveles de cortisol? El cortisol, conocido comúnmente como la «hormona del estrés», es una hormona esteroidea producida por las glándulas suprarrenales.
Esta hormona desempeña un papel crucial en diversas funciones del organismo, incluyendo la regulación del metabolismo, la respuesta inmunitaria y la gestión del estrés. Es fundamental entender cómo funciona el cortisol y cómo mantenerlo en niveles óptimos para preservar nuestra salud.
¿Qué es el cortisol y cuál es su función?

El cortisol es una hormona vital que afecta múltiples aspectos de nuestra salud. Comprender su función y cómo mantenerlo en niveles óptimos es esencial para prevenir problemas relacionados con el estrés crónico. Implementar cambios en el estilo de vida puede ser una forma efectiva de gestionar los niveles de cortisol y mejorar la calidad de vida.
Los niveles de cortisol fluctúan a lo largo del día, siendo más altos por la mañana y disminuyendo hacia la noche. Sin embargo, cuando el estrés se convierte en crónico, los niveles de cortisol pueden permanecer elevados, lo que lleva a una serie de problemas de salud como:
- Aumento de peso
- Problemas para dormir
- Disfunciones endocrinas
- Alteraciones en el sistema inmunológico
- Problemas digestivos y cambios en el estado de ánimo
¿Qué ayuda a mantener óptimos niveles de cortisol?
- Ejercicio diario, sobre todo al aire libre
- Alimentación sana
- Sueño reparador
- Técnicas de relajación
- Relaciones sociales saludables
Importancia de mantener los niveles de cortisol
Los niveles altos de cortisol pueden tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de una persona. Esta hormona, que se libera en respuesta al estrés, puede provocar una variedad de síntomas físicos y emocionales. A continuación, se detallan los síntomas más comunes asociados con el exceso de cortisol.
Síntomas comunes de altos niveles de cortisol: Aumento de peso, fatiga severa, irritabilidad y cambios de humor, problemas de concentración, dolores de cabeza, piel delgada y acné, dificultad para cicatrizar heridas, debilidad muscular, presión arterial alta, aparición de estrías.
Por muy perjudiciales que puedan ser los niveles muy altos (o muy bajos), el cortisol no es del todo malo. Para empezar, tiene el efecto opuesto al de la melatonina, la hormona del sueño, y nos da un impulso de energía por la mañana.
Pero también influye en nuestra respuesta al estrés de forma positiva, movilizando nuestro hígado y páncreas para que aumenten la producción de glucosa en el cerebro y los músculos, de modo que estemos mentalmente alertas y preparados para actuar con rapidez y centrar nuestra atención si es necesario.
En las personas sanas, los niveles de cortisol suben y bajan a lo largo del día de acuerdo con nuestro reloj biológico, alcanzando su punto máximo por la mañana y bajando gradualmente hasta el mínimo por la noche, cuando estamos listos para dormir.
El exceso de estrés, una mala alimentación y un tipo de ejercicio inadecuado pueden provocar picos altos en los niveles de cortisol.
Con el tiempo, los estudios han demostrado que los niveles crónicamente altos de cortisol están asociados con un mayor peso corporal, IMC y circunferencia de cintura, e incluso con una memoria y una capacidad de pensamiento más deficientes. Entonces, ¿Cómo podemos mantenerlo en equilibrio? ¿Cómo mantener los niveles de cortisol?
Altos niveles de cortisol puede resultar en condiciones como la diabetes, osteoporosis y fatiga crónica El exceso de cafeína también eleva los niveles de cortisol, lo recomendable es tomar al menos dos tazas diarias; no más.