En Suecia, los residuos domésticos son valiosos porque ayudan a crear energía. Solo alrededor del 1% de la basura del país termina en vertederos; el 49% se recicla y el 50% restante se incinera en una de las centrales eléctricas de «resiérgica» de Suecia.
Allí, el calor de los residuos domésticos quemados se utilizan para generar energía de la misma manera que las centrales eléctricas queman carbón o gas.
Sin embargo, la electricidad alimentada por residuos domésticos representa una pequeña fracción de la red eléctrica de Suecia en general: la energía nuclear, hidroeléctrica y eólica representa el 90% del uso de energía eléctrica del país.
Aún así, la eliminación de basura a alta temperatura de Suecia es tan efectiva que la nación importa basura de los países cercanos para mantener sus incineradores en funcionamiento.
Incineración de residuos domésticos. Cómo hacerlo correctamente
La incineración de residuos domésticos puede parecer una solución fácil para minimizar el uso de vertederos, pero algunos expertos en medio ambiente dicen que hacerlo no es la mejor solución. Eso se debe a que la quema de basura libera contaminantes a la atmósfera y no reduce la producción de productos de plástico, que están hechos de combustibles fósiles.
Sin embargo, Suecia sigue siendo un líder mundial en esfuerzos de reciclaje.
En 1984, el país promulgó un sistema de depósito, llamado «pantal, para latas de aluminio (con botellas de plástico después de 10 años más tarde), en el que las máquinas expendedoras inversas aceptan botellas y latas y luego imprimen vales de depósito que se pueden canjear en las tiendas de comestibles.
En 2020, el país se acercó a su objetivo de «cero residuos«, con los suecos reciclando un asombroso 94% de su vidrio y un 78% de los productos de papel desechados.
Casi todos los residuos de alimentos en Corea del Sur se reciclan.
Aunque técnicamente son biodegradables, los residuos de alimentos pueden tener efectos negativos en el medio ambiente, especialmente cuando terminan en un vertedero y producen metano, un gas de efecto invernadero.
Es por eso que Corea del Sur comenzó a prohibir los alimentos de los vertederos en 2005 y, en su lugar, tiene un sólido programa de reciclaje que fomenta el compostaje y la reutilización de alimentos. Hoy en día, alrededor del 95% de los residuos de alimentos en Corea del Sur se reciclan, en comparación con el 2% en el momento en que se promulgó la prohibición.
Los ciudadanos que no compostan pueden llevar los restos de alimentos a una estación de reciclaje de la zona, donde se pesa y registra su basura; los hogares luego reciben una factura mensual basada en la cantidad que tiran.
Los alimentos recolectados se convierte en fertilizantes o piensos pa ra animales, y el metano y lo s gases naturales producidos durante el proceso de reciclaje (llamado biogás) también se utilizan para crear energía que alimenta la instalación de reciclaje, dando a cada chatarra arrojada una segunda oportunidad para ayudar a nutrir el planeta.
