Más de 2,500 vagones de metro de NYC fueron sumergidos en el Atlántico

Basura al mar. Más de 2,500 viejos vagones de metro de la ciudad de Nueva York han sido enviados al fondo del Océano Atlántico, donde se utilizan como arrecifes artificiales. Pero la Autoridad de Tránsito Metropolitano MTA en Nueva York justifica que estos vagones de metro lanzados al fondo del océano, tienen una justificación climática: crear arrecifes artificiales.

En los últimos años, se ha vuelto cada vez más común ver vagones de metro arrojados al océano. Este fenómeno se ha observado en países de todo el mundo, incluidos Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa.

¿Es un problema ambiental arrojar vagones del metro al océano? Algunos expertos consideran que arrojar vagones de metro al océano es un problema ambiental. Argumentan que los vagones pueden contaminar el agua con metales pesados y otros contaminantes. También pueden dañar la vida marina, ya que pueden proporcionar refugio a depredadores o provocar colisiones.

Vagones de metro de Nueva York arrojados al océano

Los vagones de metro fueron despojados de sus cascos metálicos antes de que las barcazas los arrojaran al océano entre Nueva Jersey y Georgia. Algunos de los vagones de metro que ya se han desintegrado, al menos 1.000 son de acero al carbono anticorrosivo y pueden durar indefinidamente bajo el agua , sirviendo como hogar para peces, invertebrados y plantas submarinas. 

Arrojar vagones del metro al oceáno ¿tiene una justificación ambiental? Otros expertos argumentan que arrojar vagones de metro al océano es una justificación por ser usados como arrecifes artificiales. Los arrecifes artificiales son estructuras sumergidas que se utilizan para crear hábitat para la vida marina. Pueden ayudar a proteger las costas de la erosión y proporcionar un hábitat para especies marinas amenazadas.

Los defensores del sistema de arrecifes artificiales dicen que los vagones del metro han permitido que los ecosistemas florezcan donde no lo habían hecho; Las aguas costeras del Atlántico en la zona son conocidas por ser particularmente arenosas y carecer de muchas de las características naturales necesarias para hábitats acuáticos de calidad. 

¿Desde cuándo y porqué? El uso de vagones de metro como arrecifes artificiales se remonta a la década de 1970. En ese momento, la ciudad de Nueva York decidió desechar sus vagones de metro retirados arrojándolos al océano. La ciudad argumentaba que esto era una forma más económica de deshacerse de los vagones que reciclarlos o desmantelarlos.

Si bien el programa de la MTA finalizó en 2010, contó con el apoyo de las industrias del turismo de pesca y buceo, y de muchos científicos, que informan que los arrecifes de los vagones del metro han proporcionado 400 veces más alimento para peces por pie cuadrado de lo que existía anteriormente.

Principales ciudades donde tiran vagones del metro al océano

En Estados Unidos, el estado de Nueva York tiene un programa de arrecifes artificiales que utiliza vagones de metro retirados. El programa ha colocado más de 1,000 vagones de metro en el océano, creando un hábitat para una variedad de especies marinas.

En Canadá, la ciudad de Toronto también utiliza vagones de metro como arrecifes artificiales. El programa ha colocado más de 200 vagones en el lago Ontario, creando un hábitat para peces, moluscos y crustáceos.

En Europa, el país de Holanda también utiliza vagones de metro como arrecifes artificiales. El programa ha colocado más de 100 vagones en el mar del Norte, creando un hábitat para peces, moluscos y crustáceos.

En conclusión, el uso de vagones de metro como arrecifes artificiales es una práctica que tiene el potencial de ser beneficiosa para el medio ambiente. Sin embargo, es importante hacerlo correctamente para evitar los posibles impactos negativos.

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