El cartílago articular, un amortiguador que se desgasta y no se regenera. Tratamientos al 2024

El cartílago articular reduce la fricción, transfiere y distribuye las cargas mecánicas en distintas posiciones articulares y ofrece una superficie articular lubricada, que permite que los huesos se deslicen y giren unos sobre otros sin apenas desgaste.

El cartílago articular tiene escasa o, mejor dicho, nula capacidad de curación o regeneración por sí mismo. Así pues, el desgaste del cartílago puede provocar a medio y largo plazo una artrosis y/o un deterioro funcional.

Las lesiones de cartílago no tratadas pueden provocar dolor articular invalidante, incapacidad para realizar según qué actividades y, finalmente, artrosis.

La reparación del cartílago articular es un proceso complejo y difícil

El tamaño de la lesión condral o del cartílago articular influye directamente en la reparación. Experimentalmente se ha visto que las lesiones menores de 1mm de diámetro curan con facilidad, mientras que en aquellas mayores de 3mm de diámetro es más complicado. También los defectos más profundos que afectan al hueso presentan una pobre reparación.

El tamaño y  profundidad de la lesión, el nivel de actividad, las lesiones asociadas de menisco–ligamentos y la edad del paciente, son los factores que marcaran la técnica adecuada para el tratamiento de la lesión condral. La evolución de las lesiones es mejor en pacientes activos.

Cuanto mas jóvenes son los pacientes, mejores son los resultados. También influye el tiempo que se tarda en tratar la lesión condral; cuanto más tiempo pasa, más va evolucionando y empeorando la lesión, y por tanto, más difícil y peor pronóstico tiene el tratamiento.

Existen diversas posibles causas de lesión del cartílago articular como, por ejemplo: la inmovilización durante largo tiempo, la compresión excesiva, las sobrecargas repetitivas de la articulación, los traumatismos directos e indirectos, las inestabilidades provocadas por alteraciones de los ligamentos y, por último, el “desgaste” normal que se produce con la edad.

Entre las causas más frecuentes capaces de originar una lesión del cartílago articular está, en primer lugar, el daño traumático.

Tratamiento del desgaste del cartílago articular

Las lesiones del cartílago articular derivan, a largo plazo, en artrosis, con la consiguiente destrucción total de la articulación y en la necesidad de instalar una prótesis como única opción. En personas de edad avanzada, las prótesis son una alternativa muy válida, y permiten reprender gran parte de la actividad física previa.

Sin embargo, en adultos jóvenes, se están aplicando técnicas más novedosas y basadas en la biología, cuyo objetivo es prevenir la extensión de las lesiones e intentar regenerar el cartílago articular para evitar en un futuro la evolución hacia la artrosis.

Estas son algunas técnicas para reparar el cartílago articular lesionado que clasificamos en métodos reparativos, reconstructivos o regenerativos:

  • Los métodos reparadores (perforaciones y microfracturas) ayudan a la formación de un nuevo tejido fibrocartilaginoso, facilitando el acceso tanto de los vasos y de las celulas osteoprogenitoras desde la médula ósea subcondral.
  • Los métodos reconstructivos buscan rellenar el defecto con tejido autólogo (propio) o aloinjertos (donantes), son las conocidas mosaicoplastias. Recientemente se ha iniciado a practicar una solución esperanzadora, el trasplante de cartílago, el injerto o trasplante osteocondral.
  • Por ultimo, los métodos regenerativos que aprovechan tecnicas de bioingeniería para desarrollar un tejido de cartilago hialino y los últimos avances en células madre.

¿Cuáles son las causas de la artrosis?

Actualmente no se conocen con exactitud las causas de aparición de la artrosis, pero existen una serie de factores de riesgo asociados a la misma:

  • Genética: en más del 60% de los casos la herencia genética influye en la aparición de artrosis.
  • Actividad física: los deportistas y personas que mantienen una actividad física elevada tienen un mayor riesgo de padecer artrosis.
  • Jornada laboral: los trabajadores que repiten movimientos articulares en su jornada laboral pueden desarrollar a largo plazo un desgaste de las articulaciones y sobrecarga articular, lo cual puede desencadenar artrosis.
  • Menopausia: la artrosis afecta más a mujeres que han llegado a la menopausia, y esta situación se debe a la disminución de estrógenos que se da en esta etapa.
  • Lesiones: las fracturas y traumatismos en las articulaciones pueden influir en desencadenar la artrosis.
  • Obesidad: aunque no interfiere directamente en la aparición de la artrosis, la obesidad influye en el desgaste articular y por tanto en la progresión de la enfermedad.

Tratamientos de la artrosis

Con el avance en el conocimiento de la fisiopatología de esta enfermedad avanza progresivamente la incorporación de nuevas estrategias de tratamiento recogidas en las prestigiosas guías de práctica clínica internacional.

En concreto, se utilizan cada vez menos tratamientos con corticoides y cirugías agresivas, dejando paso a tratamientos multidisciplinares enfocados a reducir la inflamación y el dolor, retrasar el avance de la enfermedad, regenerar los tejidos y recuperar la movilidad de la articulación.

¿Qué beneficios aportan las infiltraciones de PRP? En Medicina Regenerativa utilizamos los denominados Factores de Crecimiento o Plasma Rico en Plaquetas (PRP) que producen efectos anti-inflamatorios, analgésicos y regenerativos.

El tratamiento se realiza bajo prescripción médica, en un ambiente estéril y sin requerir anestesia.

Primero se extrae sangre al paciente como si se tratara de un análisis, después se procesa en circuito cerrado mediante una centrífuga preparada y se separa la porción del plasma rico en factores de crecimiento.

A continuación, se infiltra el PRP en la zona a tratar mediante técnica ecodirigida(utilizamos una sonda ecográfica de alta definición HD) que nos permite afinar y ser más precisos en la localización anatómica. El proceso suele durar unos 30-35 minutos.

¿Qué cuidados tengo que tener después? El paciente puede seguir su actividad normal procurando no sobrecargar ni realizar esfuerzos durante los siguientes 2 o 3 días en la zona infiltrada.

Respecto al número de infiltraciones, depende de la lesión y la gravedad de la artrosis a tratar. Se suelen realizar de 1 a 3 sesiones con un intervalo de 2 a 3 semanas de diferencia para alcanzar el máximo efecto.

Los efectos neurofisiológicos de esta novedosa técnica son muy potentes. Están implicados diversos mecanismos biológicos: la proliferación de células mesenquimales, la diferenciación celular, la generación de vasos sanguíneos y la migración de las células a los lugares donde es necesario que se produzca la regeneración, reduciendo la inflamación, el dolor y la lesión tisular.

El objetivo en el tratamiento es evitar o reducir el dolor y mejorar la movilidad. En este sentido, existen diferentes opciones de tratamiento:

  • Fisioterapia: Para tratar la artrosis, el especialista médico recomendará al paciente una serie de ejercicios a realizar, adaptados a su situación y capacidades, con ayuda de un fisioterapeuta.
  • Tratamiento farmacológico: en la mayoría de casos se prescriben antiinflamatorios o analgésicos para reducir la hinchazón y por tanto el dolor. También pueden prescribirse medicamentos condroprotectores, que pueden ralentizar el progreso de la enfermedad.
  • Tratamiento quirúrgico: la artrosis en estados muy avanzados puede necesitar cirugía protésica.

El experto encargado del tratamiento de la artrosis es el médico especialista en TraumatologíaReumatología y Fisioterapia, principalmente. Aun así, pueden intervenir diferentes expertos médicos en el tratamiento de esta afección. Un ortopédico puede empezar la valoración del expediente lesión cartílago articular.