Estas son 2 principales enfermedades del cambio climático ¿Cómo prevenirnos?

Las enfermades del cambio climático están brotando. Aunque es cierto que las personas de todo el mundo viven vidas más largas y saludables que la humanidad hace apenas medio siglo, todos estamos sufriendo los efectos del calentamiento global.

Estas enfermedades del cambio climático, están amenazando esta lo¿ngevidad y calidad de vida.

En todo el planeta, los animales (y las enfermedades que transmiten) están cambiando para adaptarse a un globo averiado. Y no están solos: garrapatas, mosquitos, bacterias, algas e incluso hongos están en movimiento, cambiando o ampliando sus áreas de distribución históricas para adaptarse a las condiciones climáticas que están cambiando a un ritmo extraordinario.

El cambio climático está desplazando a unos 20 millones cada año, este desplazamiento viene acompañado de plagas, infecciones o mutaciones de otras regiones.

Las investigaciones muestran que el cambio climático influye en la propagación de enfermedades de varias maneras importantes.

¿Cuáles son las principales enfermedades del cambio climático que brotan más frecuentemente?

Animales y humanos estamos sufriendo las nuevas enfermedades del cambio climático. En todo el planeta, los animales (y las enfermedades que transmiten) están cambiando para adaptarse a un globo averiado. Y no están solos: garrapatas, mosquitos, bacterias, algas e incluso hongos están en movimiento, cambiando o ampliando sus áreas de distribución históricas para adaptarse a las condiciones climáticas que están cambiando a un ritmo extraordinario.

Estos cambios no están sucediendo «porqué sí»: La deforestación, la minería, la agricultura y la expansión urbana están afectando las áreas silvestres que quedan en el mundo, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad que está ocurriendo a un ritmo sin precedentes en la historia de la humanidad.

Las poblaciones de especies de las que dependen los humanos para su sustento están disminuyendo y son empujadas a porciones de hábitat cada vez más pequeñas, creando nuevos puntos críticos para que las enfermedades pasen de los animales a los humanos.

Todos estos factores crean condiciones propicias para la enfermedad humana. Enfermedades antiguas y nuevas son cada vez más frecuentes e incluso surgen en lugares donde nunca antes se habían encontrado. 

Los investigadores han comenzado a reunir evidencia de una nueva amenaza: las enfermedades del cambio climático.

¿Porqué se están registrando estas enfermedades del cambio climático? Porque la temperatura de todas las regiones en el planeta tierra están en aumento, las olas de calor están afectando la agricultura, echando a perder la carne no refrigerada y el transporte de alimentos o bebidas puede contaminar los suministros con temperaturas extremas.

La migración de aves por las altas temperaturas ha transportado la gripe aviar, por ejemplo, una de las enfermedades del cambio climático.

Los inviernos más cálidos y los otoños y primaveras más suaves permiten que los portadores de patógenos (garrapatas, mosquitos y pulgas, por ejemplo) permanezcan activos durante franjas más largas del año. 

Los períodos activos ampliados significan temporadas de apareamiento más ocupadas y menos víctimas durante los fríos meses de invierno. 

El noreste de Estados Unidos ha visto una proliferación masiva de garrapatas de patas negras portadoras de la enfermedad de Lyme durante la última década, y los inviernos más cálidos desempeñan un papel decisivo en esa tendencia.

El calor extremo ha aumentado los casos de cólera, una de las prncipales enfermedades del cambio climático. La cólera es una enfermedad bacteriana transmitida por el agua y se dispara durante la temporada de los monzones en los países del sur de Asia, cuando las inundaciones contaminan el agua potable, especialmente en lugares que carecen de infraestructura sanitaria de calidad. 

La fiebre del valle, una infección transmitida por hongos causada por esporas que crecen en el suelo del oeste de Estados Unidos, prolifera durante los períodos de lluvia. 

La grave sequía que suele seguir a la lluvia en esa parte del mundo marchita las esporas de hongos, lo que les permite dispersarse más fácilmente en el aire ante la menor perturbación (una bota de excursionista, por ejemplo, o un rastrillo de jardín) y encontrar su camino hacia el sistema respiratorio humano.

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