Microplástico fue la palabra del año 2018 para la Fundéu BBVA

LA PALABRA DEL AÑO 2018 fue Microplástico. Fundéu BBVA, promovida por la Agencia Efe y BBVA, dio a conocer su palabra del año, escogida entre aquellos términos que han estado presentes en mayor o menor medida en la actualidad informativa durante los últimos meses y tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico. ¿Sabes cuál fue la palabra del año del 2018 que nos alerta sobre la grave crisis ambiental?

Micro plástico, la voz que designa los pequeños fragmentos de plástico que se han convertido en una de las principales amenazas para el medioambiente y la salud de los seres humanos, ha sido elegida palabra del año 2018 por la Fundéu BBVA. Microplástico fue la palabra del año 2018 para la Fundéu BBVA.

Influencia de la palabra del año: Microplástico. Los micro plásticos son pequeños fragmentos de plástico (menores de cinco milímetros) que o bien se fabricaron ya con ese tamaño para ser empleados en productos de limpieza e higiene, o bien se han fragmentado de un plástico mayor (bolsas de la compra, envases de todo tipo…) durante su proceso de descomposición.

Su presencia en la arena de las playas, en los organismos de los animales, en la sal marina que consumimos y hasta en el agua que bebemos ha hecho saltar las alarmas y ha obligado a poner en marcha medidas para reducir el consumo de los plásticos de un solo uso, responsables en buena parte del problema.

Ediciones anteriores. Tras elegir «escrache» en 2013, «selfi» en 2014, «refugiado» en 2015, «populismo» en 2016 y «aporofobia» en 2017, el equipo de la Fundación ha optado en esta ocasión por «microplástico», un término que pone el acento en la toma de conciencia en torno a uno de los grandes problemas medioambientales a los que se enfrenta la humanidad.

¿Qué es microplástico?

El plástico es el tipo más frecuente de desechos marinos que se encuentran en nuestro océano y en los Grandes Lagos. Los desechos plásticos pueden tener todas las formas y tamaños, pero los que tienen menos de cinco milímetros de largo (o aproximadamente el tamaño de una semilla de sésamo) se denomina «microplástico».

Como campo de estudio emergente, todavía no se sabe mucho sobre los microplásticos y sus impactos. El Programa de desechos marinos de la NOAA está liderando los esfuerzos dentro de la NOAA para investigar este tema. Se han desarrollado métodos de campo estandarizados para la recolección de muestras de microplásticos de sedimentos, arena y aguas superficiales, y se siguen sometiendo a pruebas. 

Eventualmente, los protocolos de campo y laboratorio permitirán comparaciones globales de la cantidad de microplásticos liberados al medio ambiente, que es el primer paso para determinar la distribución final, los impactos y el destino de estos desechos.

Los microplásticos provienen de una variedad de fuentes, incluso de desechos plásticos más grandes que se degradan en piezas cada vez más pequeñas. 

Además, las microesferas, un tipo de microplástico, son piezas muy pequeñas de plástico de polietileno fabricado que se agregan como exfoliantes a productos de salud y belleza, como algunos limpiadores y pastas dentales. 

Estas diminutas partículas pasan fácilmente a través de los sistemas de filtración de agua y terminan en el océano y los Grandes Lagos, lo que representa una amenaza potencial para la vida acuática.

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