Enfermedades graves por contaminación. Cada año se pierden más de un cuarto de millón de vidas por cáncer relacionado con el medio ambiente.
Muchas enfermedades graves son provocadas por la contaminación de aire, agua y tierra. La exposición a contaminantes, incluida la contaminación del aire, sustancias químicas cancerígenas, radón, radiación ultravioleta y humo de segunda mano, en conjunto, puede contribuir con más del 10 por ciento de la carga del cáncer en Europa, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) .
La AEMA investigó los vínculos entre el cáncer y el medio ambiente. El informe estimó que los riesgos ambientales y laborales están detrás de alrededor del 10% de los casos de cáncer en Europa.
Enfermedades graves por contaminación ambiental En 2016, la contaminación del aire mató a 6,1 millones de personas en todo el mundo: 4,1 millones de muertes fueron provocadas por la contaminación exterior, y 2,5 millones debido a la contaminación del aire doméstico.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son claros: la contaminación del aire es responsable de alrededor de siete millones de muertes al año en el mundo, de las cuales 2,5 millones corresponden a enfermedades del corazón (25%), y 1,4 millones a ictus (24%). Tanto que la contaminación ambiental ya es considerada por los expertos como el ‘nuevo tabaco’.
Las enfermedades graves por contaminación más frecuentes:
- Problemas cardiovasculares ((anginas, infartos, insuficiencia respiratoria)
- ictus isquémico y/o hemorrágico
Principales contaminantes ambientales que están causando enfermedades graves
Partículas en suspensión (ceniza, hollín, polvo, niebla, humos…) PM 2.5
Conjunto de partículas microscópicas líquidas y sólidas procedentes de residuos animales y vegetales, y que permanecen flotando en el aire. Aunque no son visibles, se pueden apreciar en grandes ciudades, en lo que llamamos ‘boinas’ de contaminación.
Estas partículas se dividen en tres grupos según su tamaño; las que más afectan a la salud son las micropartículas (miden 2,5 micras o menos). El tráfico es, según los estudios, el factor que más contribuye (entre un 70 y un 80%) en la contaminación por partículas en suspensión de menos de 2,5 micras. Por tanto, en la actualidad, es el mejor indicador de la contaminación urbana.
“En estos estudios queda patente que los aumentos de PM 2,5 en el aire, incrementan el riesgo de morir por cualquier causa y, en especial, de fallecer por enfermedades del aparato circulatorio y cáncer de pulmón”
Ozono
Es el componente principal de la niebla fotoquímica y tiene lugar por la confluencia de otros factores contaminantes (dióxido de nitrógeno, partículas en suspensión…). Se da sobre todo en verano, por la humedad, el calor y el exceso de radiación solar.
Monóxido de carbono
Es el resultado de la combustión incompleta de combustibles que contienen carbono (biomasa, fuel…). Por ejemplo, en un aparcamiento los niveles suelen ser alto, provocando alteraciones en personas con malas condiciones cardiovasculares o, incluso, desencadenar un episodio de angina. Esto se produce por la transformación de la oxihemoglobina en sangre por la carboxihemoglobina, que es lo que ocurre cuando escuchamos que alguien ha fallecido intoxicada a causa de una mala combustión de una estufa, por ejemplo.
Óxidos de nitrógeno (NO, NO2…)
Es uno de los más relevantes ya que es el que se tiene en cuenta para que las autoridades sanitarias eleven la alerta sobre los altos niveles de contaminación y, por tanto, sea necesario restringir el tráfico rodado, que es el principal emisor de este componente.
Los vehículos con motores diésel no provistos de catalizadores selectivos son los que emiten más material particulado y de menor tamaño. Por eso, las medidas encaminadas a la reducción y limitación del tráfico rodado se plantean como una de las soluciones más inmediatas.
Dióxidos de azufre (SO2)
Es la combustión de materias que contienen azufre, principalmente, plantas industriales, pero también motores diésel, calcinación de sulfuros metálicos… Según un estudio elaborado por la Universidad de Deusto, los días en los que se registran altas concentración de dióxido de azufre aumentan las hospitalizaciones por eventos cardiacos agudos y de la mortalidad.
¿Qué tipo de contaminación en el hogar puede provocar enfermedades graves?
Además, solemos pensar que la contaminación ambiental es aquella a la que estamos expuestos fuera del hogar, pero esto no es así. Nuestras casas también acumulan una alta concentración de ciertos contaminantes perjudiciales para la salud, llamados compuestos orgánicos volátiles (COV).
Son componentes químicos que contienen carbono y su concentración es diez veces superior en el aire interior que en el exterior. Esto es debido a malas ventilaciones, combustiones de estufas, o, incluso, a los ambientadores y velas perfumadas a los que tan aficionados somos.
Lista de contaminantes en el interior de los hogares
- Los muebles de madera prensada, que pueden emitir formaldehído, y otros conservantes de madera. Los muebles nuevos también pueden contener polímeros que emiten VOC.
- Algunas pinturas de interior contienen compuestos orgánicos volátiles que se emiten en forma de gas durante el secado y posiblemente a lo largo de su vida.
- Las velas perfumadas pueden liberar benceno y formaldehído al aire con la combustión. Evita enfermedades graves.
- Los suelos pueden emitir formaldehído cuando son nuevos y posiblemente durante su vida.
- Las chimeneas y estufas de madera pueden generar partículas nocivas durante la combustión.
- Los productos de limpieza, desinfectantes… pueden contener benceno y emitir vapor y olores.
- Los fogones de gas y el proceso de cocción en sí pueden emitir humo y olores al aire. Evita enfermedades graves, manteniendo ventilados los espacios y usándolos solo durante el día.
- Repelentes contra insectos, ambientadores de hogar… Pueden contener compuestos orgánicos volátiles y benceno que pueden ser liberados con la fragancia cuando se utilizan. Úsalos con moderación para evitar enfermedades graves.
- Ropa lavada en seco.
Los efectos pueden ser agudos (cuando percibimos el olor y aparecen poco después de la exposición), que pueden provocar tos, congestión ocular, erupción cutánea; y enfermedades graves crónicos (incluida la enfermedad arterial coronaria, el cáncer de garganta y pulmón; y algunos problemas respiratorios como la disnea y el asma.