Chef Massimo Bottura es un chef italiano propietario de Osteria Francescana, un restaurante de tres estrellas Michelin con sede en Módena, Italia, que ha sido clasificado en el top 5 en The World’s 50 Best
Boturra es reconocido también por su compromiso desinteresado para enfrentar el desperdicio de alimentos, la inseguridad alimentaria y la exclusión social.
La fama Chef Massimo Bottura no se debe solo a las habilidades que consiguieron que su restaurante de tres estrellas Michelin en Módena, la Osteria Francescana, fuera nombrado el mejor del mundo en 2018 y 2016. Reconocido Chef Massimo Bottura sigue promoviendo la lucha contra el desperdicio de comida.
El restaurante Food For Soul de Chef Massimo Bottura
Massimo Bottura, junto con su esposa Lara Gilmore, dirige Food for Soul (Comida para el Alma), una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es “empoderar a las comunidades para combatir el desperdicio de alimentos a través de la inclusión social”.
Bottura estableció su primer Refettorio (comedor) en el barrio de clase obrera Greco, en Milán, y reunió a algunos de los mejores chefs del mundo para preparar comidas sabrosas a partir del excedente de la Expo (de lo contrario, se desperdiciaría) y alimentar a personas de los gruós más vulnerables, incluyendo la creciente población migrante de Italia.
Su idea no era abrir otro comedor de beneficencia. Más bien, quería crear un ambiente agradable donde las personas pudieran sentarse, relajarse y sentir que pertenecían.
Creamos un espacio increíble en el que alimentamos a los refugiados, los inmigrantes y las personas sin hogar de Milán.
Creamos todo a través de las ideas de calidad de los chefs, el poder de la belleza, a través de colaboraciones de artistas y diseñadores, y el valor de la hospitalidad. Acoger a las personas en un espacio increíble es cómo reconstruir su dignidad
SOul For Food Italy Chef Massimo Bottura
Desde entonces, Comida para el Alma ha comenzado a expandirse por el mundo.
No al desperdicio de comida en restaurantes
Aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos se pierde o desperdicia a un costo económico global de US$ 940 mil millones cada año.
Los consumidores en los países desarrollados desperdician un estimado de 222 millones de toneladas de alimentos anualmente, lo que equivale a la producción neta de alimentos del África subsahariana.
Esto también implica un impacto masivo en el medio ambiente. Utilizamos energía, agua y otros insumos para cultivar comida que no se consumirá. Es decir, que estamos generando emisiones y explotando recursos innecesariamente.
Por supuesto, simplemente reutilizar el desperdicio de alimentos no resolverá el problema por sí mismo. Los consumidores deben revisar su propio consumo, comprar solo lo que necesitan y no desechar las sobras que están en perfecto estado.
Los supermercados deben observar sus prácticas de datación de alimentos y los estándares de producción para reducir la cantidad de comida que tiran. Y así sucesivamente hasta llegar a las granjas.
Hay una característica común que nos une a todos: el amor por la comida en sí misma. Al reconectarnos con el valor de los alimentos, como lo intenta Bottura, ONU Medio Ambiente cree que podemos enfrentar los sistemas alimentarios insostenibles y garantizar que haya suficiente para llenar el estómago de todas las personas en nuestra población en crecimiento.